
Los valores para un “Post-Coronavirus” más inclusivo, igualitario y sostenible
Desde hace años, se habla de que las empresas y organizaciones desarrollan su actividad en un contexto donde lo único que es constante es el cambio. El sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman definió el período histórico actual como «la modernidad líquida»: La sociedad vive en un sistema fluido y volátil, donde domina la incertidumbre y los cambios se suceden de manera vertiginosa.
En este contexto de modernidad líquida donde tenemos unos índices de desigualdad crecientes y diversas crisis ambientales como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad o los plásticos de un solo uso, el virus COVID-19 ha evidenciado la fragilidad del equilibrio mundial , provocando una crisis de salud pública con repercusiones económicas y sociales a nivel mundial.
Así pues, después de un mes de marzo donde más de la mitad de la población mundial ha vivido bajo medidas de confinamiento y los países han sufrido la muerte de decenas de miles de personas y cientos de miles de afectados, la ciudadanía y el tejido empresarial se preguntan cómo será el mundo «Post-Coronavirus» y si realmente este es un punto de inflexión histórica.
Es necesario un cambio para devenir un mundo más, justo, igualitario y sostenible
Son muchos los intelectuales, economistas, empresarios, políticos y filósofos que vaticinan un cambio de ciclo, e identifican este momento histórico como una oportunidad para convertirse en un nuevo mundo más justo, igualitario y sostenible.
Las empresas, muchas de las cuales ya están aportando su granito de arena en la lucha contra la COVID-19, tienen la capacidad de participar de este cambio, y ser protagonistas, pero para hacerlo, deberán desarrollar su actividad económica desde los siguientes valores:
Colaboración:
Las alianzas entre el sector privado, el sector público, entidades del tercer sector y la ciudadanía son cruciales para doblegar la COVID-19. En el futuro colaborar será igual de necesario para sumar fuerzas y afrontar los retos económicos, sociales y ambientales que vendrán, y superarlos con éxito.
Solidaridad:
Cada día multitud de empresas y personas voluntarias se unen a las autoridades sanitarias y entidades sociales para ayudar en la lucha contra el virus, sobre todo para ayudar a aquellas personas más vulnerables. La solidaridad seguirá siendo esencial para asegurar que nadie se quede atrás en la salida de la crisis.
Esfuerzo:
Personal sanitario, trabajadores / as sociales, personas transportistas, mozos / as de almacén, cuidadores / as de personas dependientes, reponedores / as, cajeros / as y muchas otras personas que trabajan hasta la extenuación para garantizar los servicios esenciales, exponiéndose al contagio. Se esfuerzan situando la vida en el centro, y si lo que queremos es un futuro donde la vida y las personas se sitúen en el centro de las decisiones y de las organizaciones, este reto también requerirá el esfuerzo de todos: empresas, entidades, sector público y ciudadanía.
Creatividad e innovación social:
El movimiento «Maker» que ha conseguido crear protecciones y EPIs con impresoras 3D y en red para el personal sanitario, empresas del sector del automóvil fabricando respiraderos para las UCIs. La creatividad y la innovación social como pilar fundamental para responder a los retos económicos, sociales y ambientales futuros.
La sostenibilidad ambiental:
El confinamiento y la hibernación de la economía han reducido las emisiones de GEI y la contaminación atmosférica, se han visto animales salvajes paseando por las ciudades, cerca de puertos y aeropuertos, se ha reducido la generación de residuos … y nos han mostrado que la salida de la crisis de la COVID-19 debe ser desde la apuesta en la lucha contra el cambio climático, la economía circular y el respeto a la biodiversidad.
Podríamos nombrar otros valores que también jugarán un papel importante en el futuro como la transparencia, la igualdad de género, la ética empresarial, la coherencia, etc.
Lo importante, sin embargo, será que las empresas no olviden la importancia de su responsabilidad social, trabajen desde los valores y tengan la voluntad de continuar contribuyendo al desarrollo sostenible de la sociedad y el planeta, para salir de la crisis mundial donde nos encontramos inmersos.
Un momento clave para integrar la RSC
El equipo de Ingeniería Social, con una experiencia de más de 12 años trabajando para el desarrollo sostenible, nos ofrecemos para acompañar a las organizaciones a incorporar criterios sociales y medioambientales en sus políticas y así, entre todas, aprovechar para hacer de este momento histórico una oportunidad real para construir un nuevo mundo más justo, igualitario y sostenible.