
La UE quiere acabar con el ‘Greenwashing’ o blanqueo ecológico de las empresas
La Unión Europea se ha propuesto acabar con el ‘greenwashing’ o blanqueo ecológico que muchas empresas llevan a cabo a la hora de describir y vender sus productos o servicios como más sostenibles de lo que en realidad son.
Con este propósito, la Comisión Europea anunció este pasado mes de marzo una nueva propuesta de Directiva sobre Alegaciones Medioambientales, que complementa la propuesta de Directiva de marzo de 2022 sobre Capacitación de los Consumidores en la Transición Ecológica. Esta directiva incluye una serie de medidas para que los consumidores sean correctamente informados de las cualidades de los productos y servicios y para que puedan verificar dicha información.
El objetivo de este nuevo marco normativo es velar por que los consumidores reciban información fidedigna, comparable y verificable de los productos que consumen.
La idea es acabar con las afirmaciones poco precisas o falsas sobre las supuestas propiedades ecológicas de productos o servicios con el único fin de confundir al consumidor y atraer su atención. Es decir, luchar contra la desinformación y proteger tanto al consumidor como al medio ambiente, además de impulsar la competitividad de las empresas que reclaman la sostenibilidad ambiental de sus productos y actividades.
Con el objetivo de acabar con esta práctica del ‘greenwashing’ que hasta ahora han seguido numerosas empresas, esta nueva propuesta de directiva establecerá unos criterios claros sobre cómo las empresas pueden y deben hacer declaraciones medioambientales. Y no sólo eso, sino que esas declaraciones deberán ser revisadas por un verificador independiente y acreditado.
¿Por qué una propuesta sobre alegaciones medioambientales?
El Parlamento Europeo, en su propuesta de Directiva de 30 de Marzo de 2022, definía alegación medioambiental como todo mensaje o representación voluntaria – en cualquier forma, incluidas las etiquetas, marcas o nombres de empresas o productos – que en el contexto de una comunicación comercial indique que un producto o servicio tiene un impacto positivo o nulo en el medio ambiente o de que es menos dañino para el medio ambiente que los bienes o servicios de la competencia.
Y el caso es que según un estudio de la propia Comisión Europea publicado en 2020, el 53,3% de las alegaciones medioambientales analizadas por la UE ofrecían una información vaga, falsa o infundada, y el 40 % carecían de fundamento. El estudio también mostraba que la mitad de todas las etiquetas verdes analizadas ofrecían una verificación débil o inexistente. Según estos mismos datos, actualmente existen 230 etiquetas de sostenibilidad y 100 etiquetas de energía verde en la UE, pero con niveles de fiabilidad muy diversos.
¿Qué implicaciones tiene para las empresas?
Una vez esta propuesta de Directiva sea aprobada, los estados miembros de la Unión Europea dispondrán de dos años para su transposición al ordenamiento jurídico estatal. A partir de ese momento, las empresas que comercialicen sus productos o servicios en la UE estarán obligadas a cumplir una serie de reglas para poder realizar alegaciones medioambientales con sus productos o servicios. Básicamente serán cinco:
1- Antes de realizar una alegación medioambiental explícita tendrá que producirse una verificación previa por parte de una entidad acreditada independiente y obtenerse un certificado de conformidad.
2 – Las alegaciones medioambientales explícitas comparativas se someterán a reglas adicionales. Es decir, habrá unos requisitos adicionales para aquellas alegaciones que indiquen que un producto o servicio tiene más o menos impacto, o afecta más o menos al medio ambiente, que el de la competencia.
3- Una vez obtenido el certificado de conformidad, para hacer llegar a los consumidores una alegación medioambiental explícita, será necesario cumplir las normas que se incluyen en la Directiva.
4- Los sistemas de etiquetado ambiental también deberán cumplir con la Directiva sobre alegaciones medioambientales. Los estados miembros deberán velar por que las etiquetas ecológicas cumplan los requisitos de verificación que se exigen a las alegaciones medioambientales.
5- Las empresas que no respeten la normativa de declaraciones medioambientales en sus comunicaciones comerciales, deberán retirarlas y podrán ser multadas con sanciones, como mínimo, del 4% del volumen de sus negocios anual.
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