ENERGÍAS RENOVABLES Y SU IMPORTANCIA PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO

De todos es bien sabido que el planeta dispone de recursos naturales no renovables que, en su mayoría, son empleados como fuente de energía para la realización de gran variedad de actividades. Estas fuentes de energía no renovables, también conocidas como energías convencionales, tienen como principal inconveniente su limitado abastecimiento, ya sea porque su regeneración es totalmente inexistente o porque ésta se produce a un ritmo inferior al de su demanda.

Con el avance de la investigación y la ciencia, así como el desarrollo de la gestión ambiental y sostenible, se ha demostrado que el uso indiscriminado de combustibles fósiles ha tenido un impacto ambiental negativo y que actualmente afecta a la preservación del medio ambiente, siendo el cambio climático la peor de las amenazas resultantes.

Emergencia climática

El cambio climático, causado principalmente por el uso abusivo de combustibles fósiles y la emisión descontrolada de gases de efecto invernadero durante su extracción y utilización, está ocasionando consecuencias tan devastadoras como:

  • El aumento de las temperaturas medias del planeta, que resulta en una alteración de las corrientes oceánicas y un incremento del nivel del mar, causando la desaparición de buena parte de los ecosistemas costeros y, por ende, de la extinción de especies.
  • El aumento de catástrofes naturales extremas, pudiendo aparecer tormentas y huracanes en determinados puntos del globo terráqueo y sequías en otros puntos distintos, dificultando el acceso de agua potable en muchos lugares.
  • La generación de lluvia ácida como resultado de la alteración fisicoquímica de la atmósfera, lo que deriva en daños en las cosechas y en la producción alimentaria de todo el planeta, produciendo a su vez un incremento de la hambruna del planeta.
  • El deterioro de la salud de los seres vivos con el incremento de enfermedades y la transmisión de las mismas.
  • La alteración del comportamiento de gran cantidad de especies animales, especialmente en relación a movimientos migratorios, como resultado de los cambios en las temperaturas globales del planeta.

Dada la gravedad de dichas consecuencias, empezaron a establecerse una serie de acuerdos y políticas ambientales por parte de las administraciones internacionales, pactos que se transformaron en los cimientos de la actual normativa y legislación ambiental vigente en diferentes países.

Mencionar, en primer lugar, el Acuerdo de París, que se alcanzó en diciembre de 2015 durante la Conferencia sobre el Clima de Paris o COP21, es un tratado internacional que tiene como objetivo central reforzar la respuesta mundial ante la amenaza del cambio climático con tal de mantener el aumento de las temperaturas globales del planeta por debajo de los 2°C, actuando como puente entre las políticas medio ambientales actuales y la neutralidad climática. Previamente a ello, en el Protocolo de Kioto, ya se estableció un acuerdo para iniciar la reducción de las emisiones de gases contaminantes.

Otra iniciativa internacional que trata de promover el desarrollo sostenible a gran escala es el Pacto Mundial de las Naciones Unidas que, por un lado, tiene como objetivo principal transformar el sector empresarial y anima a las empresas del sector privado a potenciar su desarrollo sostenible mediante la implementación de unos principios de carácter universal. Estos principios se encuentran relacionados, entre muchos otros ámbitos de gran relevancia, con la conservación del medio ambiente, instando a las organizaciones a establecer un fuerte compromiso que favorezca al medio ambiente, manteniendo siempre un enfoque preventivo, fomentando iniciativas con mayor responsabilidad ambiental y apoyando el desarrollo y la difusión de tecnologías.

Por otro lado, el Pacto Mundial trata de canalizar acciones que favorezcan el resto de objetivos de las Naciones Unidas, estando como destacables los conocidos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se adoptaron por todos los países miembros del 2015 como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para el año 2030.

Transición energética

Para paliar, en la medida de lo posible, los efectos del cambio climático, urge adoptar un cambio en el modelo energético actual. Para ello, las energías renovables que, a diferencia de las energías no renovables, se caracterizan por su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en la naturaleza, son una gran alternativa para hacer frente a esta situación de emergencia climática.

Las energías renovables son muchas y muy variadas, pero todas ellas disponen de las siguientes ventajas:

    • Eliminan cualquier necesidad de combustibles fósiles, de manera que son más respetuosas con el medio ambiente, lo que ayuda a combatir el cambio climático con una reducción de los gases de efecto invernadero, además de que no generan residuos de difícil tratamiento.
    • Son una fuente de energía inagotable si las comparamos con las energías no renovables, pues su generación es continua o se produce a un ritmo superior al de su uso.
    • Son más seguras para nuestra salud porque los subproductos resultantes de su uso son menos contaminantes.
    • Potencian la seguridad energética al eliminar la dependencia exterior tan común en las energías no renovables, pues desarrollan la economía local y promueven su propia autonomía.
    • Fomentan una cantidad de empleo superior en cantidad y calidad en relación a las energías no renovables, especialmente en el ámbito tecnológico.

Las energías renovables, por lo tanto, son de vital importancia para impulsar un cambio de paradigma que puede beneficiar, no sólo a la conservación del medio ambiente, sino a la salud y bienestar de la sociedad, así como, a la supervivencia y crecimiento económico de las organizaciones. Por este mismo motivo, la Comisión Europea presentó la Ley Climática, la cual forma parte del Pacto Verde Europeo y que tiene como principal objetivo impulsar el uso de energías renovables y prescindir de los combustibles fósiles para el año 2050.

Como las principales causantes de las emisiones de gases de efecto invernadero encontramos a las empresas, las cuales ahora tienen la responsabilidad de pasar a formar parte del cambio como elemento fundamental del proceso, mediante una gestión ética y sostenible, que dé prioridad a la eficiencia energética y al uso responsable de todos sus recursos. No obstante, y a pesar de los acuerdos internacionales previamente mencionados para poner el fin al calentamiento global y combatir al tan alarmante cambio climático, aún se sigue haciendo uso de los combustibles fósiles. Por ello, creemos que es conveniente conocer que, desde las instituciones públicas hace tiempo que se está trabajando para impulsar el uso de las energías renovables, favoreciendo a empresas que demuestran su compromiso con el medio ambiente mediante, por ejemplo, la emisión de bonos verdes a fin de recaudar financiamiento para soluciones relativas al cambio climático. De igual manera, existen organizaciones de ámbito privado que ofrecen todo tipo de ayudas y financiación a proyectos de eficiencia energética y energías renovables.

Ahora bien, debemos ser conscientes que cualquier cambio a gran escala requiere de tiempo y un compromiso conjunto por parte de toda la sociedad. Por ello, creemos interesante mencionar la existencia de iniciativas como el Programa voluntario de compensaciones de gases de efecto invernadero, que pretende, por un lado, visibilizar a entidades sociales que están desarrollando, o tienen previsto hacerlo, proyectos de reducción de emisiones.

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