Informes de sostenibilidad, ¿más trabajo o más eficiencia?

Para aquellos que todavía podían albergar dudas respecto a la importancia de los informes no financieros, la Unión Europea, con su Directiva 2014/95/UE ( consulta el análisis), lo ha aclarado: a partir de 2017 las memorias de sostenibilidad ya no son una opción y pasan a ser una obligación para casi 600 empresas en España, que tienen más de 500 empleados, un balance de 20 millones de euros o unas ventas de 40 millones, y que sean de interés público. 

Adicionalmente, en España se ha dispuesto que dichos informes deben estar disponibles en la página del Ministerio del Empleo y Seguridad Social, para consulta pública.

Pero dejemos al margen la obligación o no de hacer el informe socio ambiental y hablemos de sus beneficios y ventajas competitivas. Además de cumplir una normativa y encajar en exigencias internacionales, ¿qué ganan las organizaciones que se disponen a medir y reportar su performance social y ambiental, además de la económica?
Pues vayamos a lo de verdad importante: aumento de EFICIENCIA y PERPETUIDAD.

Preparar un informe de sostenibilidad exige un estudio y comparación de indicadores que impactan en todos los aspectos de un negocio. Indicadores antes olvidados o registrados por aéreas distintas, muchas veces, con metodologías y resultados distintos. Esto significa que la empresa gana una herramienta que contribuye a la mitigación de riesgos y problemas futuros, una visión global de impactos internos y externos y sus consecuencias, una mayor preparación para momentos de crisis e inestabilidad y, principalmente, una herramienta para la toma de decisiones sostenibles a largo plazo.

Las empresas que se disponen a encarar el desafío de hacer un informe de sostenibilidad, se preparan con un proceso enriquecedor. Un proceso que genera integración entre áreas, que, a su vez, genera empatía, conocimiento y EFICIENCIA para el negocio. Esas son las compañías que, luego, deciden integrar indicadores sociales y ambientales a su plan a largo plazo, porque se dan cuenta de que actuar con sostenibilidad es estar más preparada para la ejecución eficiente de su estrategia.

Además, el informe de sostenibilidad también implica la disponibilidad de una herramienta para comparar la eficiencia de la empresa y su competencia y las ventajas intangibles de reputación, basadas en una relación más próxima y transparente con clientes, proveedores y demás públicos de interés.

Ahora, hablando de estrategia: equilibrio, comparabilidad, precisión, puntualidad, claridad y fiabilidad, ¿le parecen principios relevantes para un plan a largo plazo de calidad? Si su respuesta ha sido sí, hemos llegado a la misma conclusión: una buena estrategia es requisito para un informe adecuado, uno no existe sin el otro (al menos, no con calidad). De hecho, estos son los seis principios propuestos por la GRI – Global Reporting Initiative- para medir la calidad de un informe.

Analizar, mejorar y reportar indicadores sociales y ambientales, juntamente con los económicos, no es nada más que mejorar y ampliar una estrategia empresarial para la inclusión de temas que ya no pueden más ser ignorados. La sostenibilidad empresarial no es un acto de bondad o el cumplimento de una normativa, es un acto de supervivencia y perpetuidad.

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